La música ha de tener la misma importancia que las ciencias

8 11 2016

Entrevista con el tenor Barcelonés José Bros

El cantante protagoniza hoy un esperado recital junto a Ainhoa Arteta dentro de la Temporada Lírica del Cervantes. El tenor catalán que lleva media vida dedicado a la música y a la ópera asegura que sus 25 años de trabajo son el resultado de mucha dedicación.

Celebra su primer cuarto de siglo en escena. Mantener una carrera al más alto nivel durante tanto tiempo no es fruto de la suerte.
Es, sobre todo, el resultado de mucho estudio y dedicación, pero también de estar atento al instrumento que es la voz, estar pendiente a cómo se desarrolla uno como persona, el físico… Encauzar cada momento en el que te encuentras. Personalmente pienso que no se trata tanto de cómo se aguante o se lleve. Estoy en mi mejor momento, me queda, si me lo permite, mucha cuerda. No se trata tanto de una madurez artística como la madurez personal. Pero lo único que puedo decir es que han pasado muy rápidos todos estos años. Quizás porque cuando uno se levanta cada mañana y piensa «voy hacer lo que me gusta», no hay en ello sacrificio alguno.

¿Cómo evalúa la nueva generación voces nacionales?
Tenemos grandes voces en este país, siempre ha sido así. Cuando empecé daba la sensación de que existía un abismo entre mi generación y la de Jaime Aragall, José Carreras, Domingo, como si hubiese un eslabón perdido. Hoy casi que se solapan, y es algo muy bonito pero a la vez preocupante: va todo tan rápido y la vida es ya de por sí tan acelerada. Creo que el cantante que desea hacer una carrera debe dilatar en el tiempo la voz, cuidando sus descanso, atento a lo que llamo mi laboratorio de la voz. Las nuevas voces podrían ir por esta línea, trabajar intensamente sin dejarse arrastrar por las prisas, el marketing, el ego personal, siendo consciente del valor de ese gran recurso que es su voz y tratando que dure muchos años. Estas generaciones nuevas salen muy bien preparadas pero después hay que sostener lo que conlleva una carrera que es muy intensa, con una presión muy fuerte.

Su repertorio supera holgadamente el medio centenar, y se ha convertido por su evolución vocal en un tenor lírico. Tampoco faltan las incursiones a la caza de nuevos repertorios que descubrir. ¿Es una forma personal de decir qué, cómo, cuándo y dónde?
Sin lugar a dudas, tengo la suerte de poder ofrecerle a mi voz lo que considero en cada momento más oportuno y en la voz no sólo está el instrumento, esta todo tu cuerpo, toda tu mente, deseos, las inquietudes que llevas dentro. He disfrutado de una evolución natural de mi instrumento cuidándolo siempre y ofreciéndole las obras que unas por deseo y otras porque eran más convenientes para abordar con mi voz. La evolución ha pasado de lírico ligero a lírico puro, no pretendo en ningún momento ser spinto. Sería como engañarme a mi mismo, debo ser honesto principalmente conmigo y con mi trabajo para poder transmitir honestidad, profesionalidad y buen hacer. No pretendo firmar ningún récord pero como intérprete también tengo inquietudes y es bueno poderlas desarrollar.

Si el lunes se acompañaba usted de la ORCAM hoy lo hace con el piano de Marco Evangelisti  junto a Ainhoa Arteta, otra de las grandes de la escena. ¿Dónde se siente más cómodo, el lied, la zarzuela, la ópera??
Los distintos géneros que he cultivado me han aportado muchísimo pero también tengo que decir que en mi trayectoria, aunque el mayor repertorio es operístico, dedico mucho tiempo también al recital. Me gusta incorporar canciones en las cuales poder disfrutar de momentos placenteros tanto propios como para el público. Estoy ahora terminando de montar La bella Molinera, que requiere también una gran madurez lingüística, campos menos visitados pero que me gustaría explorar. El recital a piano es algo especial. Puedo decirle que el concierto de hoy recoge un repertorio muy interesante, contando con el acompañamiento de uno de los mejores en este género, Marco Evangelisti. Me une a él una relación de veinte años, es mi repertorista habitual. Hemos trabajado muchas óperas y recitales por lo que la complicidad es absoluta. Confeccionamos juntos los distintos programas.

Hablemos del programa del Cervantes. Hay un poco de todo: Puccini, Bizet, Gustavino, Moreno Torroba… ¿Qué pretenden?
Queremos retratar la diversidad de los distintos géneros que cultivamos. En este caso, con Ainhoa hemos seleccionado dúos plegados a nuestras características vocales y que nos apetecía compartir. El dúo que abordamos de Carmen no lo habíamos pasado anteriormente pero otras piezas sí. El público va a poder disfrutar y nosotros también, porque los recitales a piano nos dan mucha libertad para programar. Ainhoa y yo hemos compartido muchos momentos y pensamientos, maneras de abordar el repertorio; queremos acercar a los oyentes obras distintas que es lo que te permite el recital. Quien no sea de lírica puede disfrutar más de la zarzuela y saborear también la canción italiana, la española o tal vez con las melodías que va a desgranar Ainhoa. Esa variedad sólo te la permite un recital.

¿Piensa que el público más joven ve con distancia el género lírico? Tal vez los nuevos formatos en grandes salas es una forma de acercar nuevos aficionados… ¿Le preocupa esta cuestión?
El público debe partir de la inquietud y nosotros debemos darle proximidad. Creo que es una cuestión de base, debe llegar desde la escuela. De hecho hay muchos teatros que tienen ya una programación específica en esta línea y que gozan de programas pedagógicos en los que se acerca este mundo. Hay que cuidar el público del futuro porque hay medios para hacerlo y en ellos entran los medios audiovisuales, poseen un papel importantísimo. Hay que dar facilidades en este sentido, hacerlo atractivo, cercano. Lo deseable sería que ese relevo que menciona no sólo de artistas sino de público generacional fuese más rápido. La música tiene que tener la misma importancia que las matemáticas, la física o las ciencias. Es maravilloso poder entender la música y entrar en ella.

Alejandro Fernández 06|11|2016

Alejandro Fernández 06|11|2016





Lorenzo Ramos y la nueva Temporada Lírica

6 09 2010

Amigos todos: Tras el descanso estival, volvemos con renovadas fuerzas, para seguir trabajando en este pequeño reducto de todos aquellos que amamos la música. Quisera daros las gracias por vuestas visitas y comentarios, en muy pocos meses hemos registrado tres mil entradas en Málagamúsica, y creedme que anima mucho, la mejor reconpensa sin comparación.   

Aunque fue publicada en los días previos al estreno de Carmen, hemos reservado para el inicio de la temporada la entrevista que realizamos al maestro Lorenzo Ramos.  

   

«Hoy en día, con los medios que tenemos, es impensable una temporada de 6 títulos» El director de la Temporada Lírica del Teatro Cervantes evalúa su primer curso malagueño –que concluye hoy con la última función de Carmen– y anticipa las claves de la siguiente.    


Primera temporada: Este primer año ha sido una toma de contacto con la ciudad, el teatro, la orquesta, el coro… Estoy amplimente satisfecho del resultado, pese a la crisis económica que afecta a todos los teatros. Indudablemente todo se puede mejorar, pero para ello muchas veces los costes son excesivamente elevados y no podemos asumirlos: hay que ser conscientes de que hoy en día, con los medios que tenemos, no se puede plantear una temporada de seis títulos, con tres funciones, con un Rigoletto, una Tosca, una Traviata…  Llegué al Cervantes en un momento un tanto crítico, que coincidió con la salida de Salomón Castiel [anterior gerente del Teatro] y estuve seis meses sin avanzar prácticamente nada, hasta el nombramiento de Charo Ema [actual gerente]. En esta situación económica, los responsables del Teatro decidieron reducir la temporada a tres citas; entonces yo me dije: «Cómo podemos hacer para que al menos no se reduzca el número de títulos». Y me respondí con la fórmula del doble título, una fórmula acertada ya que habiendo sólo tres citas en una de ellas damos a conocer dos obras.
Producción propia: Es muy difícil apostar por la producción propia de óperas y zarzuelas. Aquí, en el Teatro Cervantes, en Málaga se ha apostado por otras cosas como el Festival de Cine Español, que está muy bien, que genera réditos para la ciudad… Y no se puede tener todo.  Pero siempre hay soluciones: en el doble programa contemporáneo de la próxima temporada nos hemos involucrado cuatro teatros para sacarlo adelante, más no se puede abaratar más el coste de la producción. 
Filosofía: Me gustaría ofrecer, dentro de lo posible, variedad, que quepa un repertorio conocido (La flauta mágica, Carmen),  lo que espera el aficionado, pero también otro rmenos habitual (Don Pasquale y obras del XX), así como dar a conocer zarzuelas no demasiado oídas y para familias, para niños y jóvenes, como intentamos en Cádiz pero sin la repercusión que esperaba.  Otra de mis prioridades es explotar la valiosa cantera de cantantes españoles, muchos de los cuales desarrollan su carrera fuera y apenas se les oye aquí. En esta primera temporada, el 95% de los solistas han sido nacionales. Y siempre que he podido ha habido en el elenco un representante de Málaga o de Andalucía, porque eso es lo que hace escuela: Carlos Álvarez habría sido Carlos Álvarez porque es un grandísimo cantante pero si te preocupas de descubrir a gente que podría ser otro Carlos Álvarez igual lo encuentras. 
Colomer, titular de la OFM: Con el nombramiento de un director español ganamos todos, porque es un reconocimiento a la labor que estamos haciendo en nuestro país: somos muchos los directores españoles que estamos esperando un reconocimiento no porque seamos mejores o peores sino porque pagamos nuestros impuestos aquí y esperamos que revierta también en nosotros. A veces se elige a un maestro extranjero simplemente porque se cree que al ser extranjero ya es bueno y se ha visto que no siempre resulta una decisión exitosa.
Próxima temporada: Sigue el mismo criterio que la primera temporada, combinar lo conocido con lo nuevo, sin perder la calidad. Cosi fan tutte es una de las óperas mozartianas quizás menos apreciada por la inmensa mayoría, quizás por que es la más difícil, la más profunda y psicológica, pero a mí siempre me ha gustado especialmente. Además, traer a Mozartsiempre es una buena noticia. El doble programa formado por El secreto de Susana y La Voz Humana, obras del siglo XX, es un paso al frente pero delicado, suave; no nos estamos metiendo en Wozzeck, lo que sería algo impensable. La inclusión de Jenufa en la pasada temporada sorprendió a la mayor parte del público, pero al final no fue tanto el shock y gustó finalmente. Para concluir, La Marsellesa es una zarzuela muy interesante, un precedente claro de Andrea Chenier.  

Alejandro Fernández 07|06|2010

V. Gómez & A. Fernández 25|06|2010